La iluminación a través del hallazgo azaroso sustenta el principio de que el maestro aparece cuando el discípulo está lísto.
El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo que es acuñado por Horace Walpole en el año de 1754, a partir de un cuento persa del siglo XVIII llamado “Los tres príncipes de Serendip”, donde los protagonistas que eran unos príncipes de la isla Serendip (isla de Ceilán, actualmente Sri Lanka), solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades. ?xml:namespace>